Mis recuerdos surgen de mi padre, propietario de una empresa de pintura de un pueblo de Ciudad Real, Pedro Muñoz para ser más exactos. Cuando era niño me gustaba sentarme lo más cerca posible de él para verle trabajar. Observaba con atención los resultados de sus mezclas de colores y me entusiasmaba su destreza en las aplicaciones. Siempre me preguntaba si algún día yo sería tan diestro como él era en su oficio. Una tarde sentados en el taller deleitados entre muestras, para mi inmejorables, alzo la mirada y me dijo, “hijo, esto que ves también se puede mejorar, todo es cuestión de imaginación y habilidad. Recuerda siempre que se tarda lo mismo en hacer las cosas bien, que en hacerlas mal”. En ése momento para mi sus dedos manchados de pintura se convirtieron en lluvia de estrellas de colores…mi mente un bullicio de pensamientos.
¿Qué podía hac
er yo para mejorar cuando el mundo era tan grande y yo tan microscópico? No podía hacer nada, no… ¿O quizás si? Puede que, realizando pequeños cambios, la dolorosa grieta de la fachada de doña Lourdes podría convertirse en el tallo de una flor, la textura desigual del suelo de mi clase podría representar la suavidad de unas dunas, la forma de la calle sería más bonita si sus edificios fueran un muestrario de colores…Mi padre estaba en lo cierto, todo era razonablemente mejorable.
Y así fue como sin darme cuenta me convertí en un amante de la perfección del color y las formas, me convertí en decorador.
Los años pasaron y el tiempo corrió inexorable. Crecí y me fui a vivir a Barcelona. Las ideas que había tenido de niño no desaparecieron, al contrario, crecieron y crecieron hasta fusionarse con las de mi padre y resurgir en lo que hoy es LACAFELS DECCOR S.L.
“En Lacafels Deccor, cada idea, cada detalle por pequeño que sea, lo hacemos crecer para crear un ambiente nuevo y personalizado. «
«Trabajamos creyendo que no siempre es necesaria una gran obra, sino una gran idea.”
Lacafels Deccor 